Las premisas para el diseño de esta cocina estaban claras, potenciar la luz y crear un espacio de trabajo funcional, creando una estética basada en las líneas puras y la calidad.
Se cambió la ubicación de la puerta, abriendo en su sitio un gran ventanal, con un vidrio laminado transparente fijo, que comunica visualmente con el hall de entrada y el salón, permitiendo que la luz llegue a todos los puntos y generando una visión amplia de toda la estancia. Manteniendo la sintonía con el resto de la vivienda se dio continuidad a la tarima flotante, de la casa Berry Alloc acabado Roble Oslo, que está garantizada para zonas húmedas.
Los muebles de cocina, con tirador oculto y herrajes alemanes, tienen un acabado blanco brillo. La encimera porcelánica blanca aporta calidad y durabilidad, combinando las cualidades técnicas con una estética uniforme, que permiten colocar un fregador bajo encimera. Los electrodomésticos elegidos son de alta gama, con acabado en cristal blanco.
Para crear un espacio de trabajo fluido sin perder almacenamiento se diseño una amplía península, a juego con el resto de la cocina, con almacenaje por los dos lados. La disposición del mobiliario permitió colocar una mesa con cuatro sillas para ser utilizada a diario.